El origen de la disfunción eréctil es eminentemente vascular. Por encima de factores psicógenos, endocrinos o estructurales, son las causas relacionadas con un déficit en el aporte de sangre al cuerpo cavernoso las principales causas actuales de una disfunción eréctil.
Los tratamientos actuales no dejan de ser sintomáticos: mejoran la erección en el momento de la relación sexual y sirven para tener esta relación concreta. Sin embargo, habitualmente, salvo excepciones clínicas, no logran satisfacer una de las demandas más frecuentemente oídas en la consulta de Urología, la curación del problema de erección.
Con excepción de ciertos tratamientos de tipo endocrino, para trastornos poco prevalentes en realidad, hasta ahora no hemos podido ofrecer a nuestros pacientes un tratamiento potencialmente “curativo” de la disfunción.
La aparición de las Ondas de Choque a baja intensidad, con los buenos resultados comunicados por los diferentes grupos que están usándolo en diferentes lugares del mundo, representa una nueva alternativa terapéutica muy prometedora en este sentido. Es posible que se constituya en breve como la única alternativa actual que nos permita restaurar la vascularización del pene y lograr la tan ansiada curación; esto es, la mejoría de la función eréctil y el abandono del tratamiento médico relacionado con la relación sexual.
Han sido suficientemente demostrados mediante experimentación animal algunos fenómenos que ayudan a entender el fenómeno por el que esta mejoría en la erección se produce. Por un lado se ha constatado la liberación de factores de crecimiento vascular en tejidos sometidos a ondas de choque a baja intensidad. Por otro lado, se ha comprobado el papel angiogénico de las ondas de choque de baja intensidad en tejidos con isquemia inducida mecánicamente, y en el pene con disfunción eréctil tras la inducción de diabetes.
Los trabajos publicados hasta la fecha con ondas de choque en pacientes con disfunción eréctil han demostrado eficacia, con una elevación significativa tanto del IIEF, como de las escalas de rigidez y de los valores de dilatación mediada por el flujo; y tanto en disfunción eréctil leve a moderada, secundaria a enfermedad cardiovascular, como en casos más severos, no respondedores a iFDE5 y con múltiples factores de riesgo cardiovascular.
Este tratamiento ha demostrado mejoría ante placebo (dispositivos que hacían el mismo ruido paro sin emitir ondas de choque) y ha conseguido mejorías en términos, tanto de abandono del tratamiento médico con inhibidores de fosfodiesterasa tipo 5 (iPDE-5), como de conversión de pacientes no respondedores a estos fármacos en respondedores.
La aparición de nuevos dispositivos de emisión de ondas de choque que podemos catalogar como de “segunda generación”, permite actualmente una aplicación del tratamiento cada vez más cómoda y eficaz, con mejores resultados.
Dr. Natalio Cruz Navarro
MD. Urólogo. FECSM
Coordinador Nacional de Andrología
Asociación Española de Urología
Secretary General of the ESSM
Responsable de la Unidad de Andrología en
- Hospital Virgen del Rocío. Sevilla
- Clínica de Fátima. Sevilla
- Clínicas Ginemed