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Natalio CruzEl origen de la disfunción eréctil es eminentemente vascular. Por encima de factores psicógenos, endocrinos o estructurales, son las causas relacionadas con un déficit en el aporte de sangre al cuerpo cavernoso las principales causas actuales de una disfunción eréctil.

Los tratamientos actuales no dejan de ser sintomáticos: mejoran la erección en el momento de la relación sexual y sirven para tener esta relación concreta. Sin embargo, habitualmente, salvo excepciones clínicas, no logran satisfacer una de las demandas más frecuentemente oídas en la consulta de Urología, la curación del problema de erección.

Con excepción de ciertos tratamientos de tipo endocrino, para trastornos poco prevalentes en realidad, hasta ahora no hemos podido ofrecer a nuestros pacientes un tratamiento potencialmente “curativo” de la disfunción.

La aparición de las Ondas de Choque a baja intensidad, con los buenos resultados comunicados por los diferentes grupos que están usándolo en diferentes lugares del mundo, representa una nueva alternativa terapéutica muy prometedora en este sentido. Es posible que se constituya en breve como la única alternativa actual que nos permita restaurar la vascularización del pene y lograr la tan ansiada curación; esto es, la mejoría de la función eréctil y el abandono del tratamiento médico relacionado con la relación sexual.

Han sido suficientemente demostrados mediante experimentación animal algunos fenómenos que ayudan a entender el fenómeno por el que esta mejoría en la erección se produce. Por un lado se ha constatado la liberación de factores de crecimiento vascular en tejidos sometidos a ondas de choque a baja intensidad. Por otro lado, se ha comprobado el papel angiogénico de las ondas de choque de baja intensidad en tejidos con isquemia inducida mecánicamente, y en el pene con disfunción eréctil tras la inducción de diabetes.

Los trabajos publicados hasta la fecha con ondas de choque en pacientes con disfunción eréctil han demostrado eficacia, con una elevación significativa tanto del IIEF, como de las escalas de rigidez y de los valores de dilatación mediada por el flujo; y  tanto en disfunción eréctil leve a moderada, secundaria a enfermedad cardiovascular, como en casos más severos, no respondedores a iFDE5 y con múltiples factores de riesgo cardiovascular.

Este tratamiento ha demostrado mejoría ante placebo (dispositivos que hacían el mismo ruido paro sin emitir ondas de choque) y ha conseguido mejorías en términos, tanto de abandono del tratamiento médico con inhibidores de fosfodiesterasa tipo 5 (iPDE-5), como de conversión de pacientes no respondedores a estos fármacos en respondedores.

La aparición de nuevos dispositivos de emisión de ondas de choque que podemos catalogar como de “segunda generación”, permite actualmente una aplicación del tratamiento cada vez más cómoda y eficaz, con mejores resultados.

Dr. Natalio Cruz Navarro

MD. Urólogo. FECSM

Coordinador Nacional de Andrología

Asociación Española de Urología

Secretary General of the ESSM

Responsable de la Unidad de Andrología en

- Hospital Virgen del Rocío. Sevilla

- Clínica de Fátima. Sevilla

- Clínicas Ginemed

www.andromedi.com

El Xiaflex, denominado técnicamente “Collagenase clostridium histolyticum”, y más conocido como Xiapex en Europa, es fabricado y comercializado por Auxilium Pharmaceuticals.

Fue aprobado en 2010 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento de la contractura de tipo Dupuytren. Esta enfermedad de origen desconocido, provoca un cierre gradual de la mano por retracción de la aponeurosis palmar superficial.

Desde su aprobación para esta enfermedad se ha solicitado a la FDA su aprobación para la enfermedad de peyronie. De hecho el 30% de los pacientes con enfermedad de peyronie han revelado un endurecimiento de tejido cicatrizal en otras partes del cuerpo como la mano o el pie.

La composición de Xiapex/Xiaflex es de origen biológico y está hecho de la proteína contenida en el organismo “collagenase clostridium histolyticum”. Su función es descomponer la proteína colágeno.

Hace apenas unos días (este 6 de diciembre) Xiaflex ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de la enfermedad de peyronie, convirtiéndose en el primer y único tratamiento no quirúrgico para esta enfermedad.

Su comercialización en inyectables precisa, por supuesto, de prescripción médica. Además los médicos han de estar autorizados para la aplicación de este nuevo medicamento. Se inyecta directamente en el pene o sobre las zonas afectadas. El tratamiento cuenta con cuatro fases o ciclos. Cada ciclo de tratamiento incluye dos inyecciones de Xiaflex. Ocho inyecciones en total administradas en el curso del tratamiento.

Se recomienda el modelado del pene (estiramiento suave en la dirección opuesta de la deformidad) después de cada ciclo de tratamiento para alterar aún más la placa. De hecho los ensayos clínicos han utilizado esta técnica conjunta con las inyecciones.

Resultados

La seguridad y eficacia del fármaco fueron probadas en distintos ensayos clínicos llevados a cabo por BioSpecifics en colaboración con Auxilium Pharmaceuticals

La muestra utilizada fueron más de 800 pacientes en 64 sitios en los EE.UU. y Australia, con una proporción de 2:1 de XIAFLEX frente al placebo.

Los pacientes presentaban una curva peneana de al menos 30 grados en los dos primeros ensayos IMPRESS (I y II).

El Xiaflex se inyectó dos veces por semana cada seis semanas. Se aplicaron los cuatro ciclos de tratamiento y cada ciclo de tratamiento fue seguido de un procedimiento de modelado del pene a cargo de un especialista.

La deformidad media del pene al comienzo del ensayo era de 48,8 grados y al final de las 52 semanas era de 31,0 grados, por lo que la reducción media es de 37,6% en la curvatura del pene. La reducción media en el grupo placebo fue de 21,3% (de 49,0 grados a 39,0 grados). La deformidad media del pene en el comienzo de la segunda tanda del ensayo fue 51.3 grados y al final de las 52 semanas de 35.1 grados, por lo que la reducción media es del 30,5% en la curvatura del pene. La reducción media en el grupo placebo fue del 15,2% (de 49,6 grados a 41,1 grados).

Natalio Cruz Navarro

Coordinador Nacional de Andrología

Asociación Española de Urología