La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en muchos países civilizados. El hipogonadismo por su parte afecta al 20% de los varones mayores de 60 años, al 30% de los mayores de 70 y al 50% de los mayores de 80 años. Ha resultado clásicamente interesante para los urólogos con interés en la Andrología, el estudio de la asociación entre los efectos cardiovasculares y la testosterona. En especial, hemos venido analizando desde hace años el riesgo que el déficit de testosterona supone para el varón desde un punto de vista cardiovascular, y el papel que la terapia con testosterona tiene en esta cascada de eventos en la que se interconectan entre otras entidades como el hipogonadismo de inicio tardío y el síndrome metabólico entre otras.
En noviembre de 2013, se publicó un controvertido artículo en JAMA en el que se señalaba a la terapia con testosterona como potencialmente responsable de un incremento de los eventos cardiovasculares con resultado de muerte en pacientes con hipogonadismo y factores de riesgo cardiovascular1.
El estudio, retrospectivo, fue realizado en una cohorte nacional de varones con niveles de testosterona bajos (< 300 ng / dL) y que se sometieron a una angiografía coronaria. El evento principal analizado fue la muerte por cualquier causa, infarto de miocardio y/o accidente cerebrovascular isquémico. Los resultados parecían sugerir una asociación entre la terapia con testosterona y una mayor frecuencia de muerte en estos pacientes por estas causas.
Recientemente ha sido publicada una excelente revisión crítica de la literatura, Su et al 2014, que vuelve a resaltar el efecto protector cardiovascular de la terapia sustitutiva con testosterona. Esta revisión de la literatura moderna sugiere un papel protector de la testosterona en los hombres desde el punto de vista cardiovascular2.
Hay muchos datos emergentes que han comenzado a arrojar luz sobre el mecanismo de acción de los andrógenos en la patología cardiovascular. El mecanismo específico por el que la testosterona protege contra las enfermedades cardiovasculares está aún por esclarecer. Se ha descrito un efecto inductor de la vasodilatación a través, tanto del óxido nítrico derivado del endotelio, como de los canales de potasio sensibles al ATP en las membranas vasculares. Este efecto vasodilatador puede explicar sus efectos en la prevención del infarto y la isquemia, así como el aumento de la tolerancia al ejercicio en pacientes con insuficiencia cardiaca.
La testosterona parece también ejercer un efecto protector a través de la disminución de la inflamación, la protección de la función endotelial, la disminución de la rigidez arterial y la mediación de factores de coagulación para prevenir la progresión de la aterosclerosis y mejorar la función cardiovascular.
La revisión de Su et al critica los estudios previos en los que se obtienen conclusiones como las expresadas en el artículo de JAMA. La mayoría de los estudios que obtienen estos resultados fueron observacionales, transversales o retrospectivos, que no permiten demostrar la relación entre causa y efecto. No pueden establecer de una forma clara si la asociación inversa entre testosterona y enfermedades cardiovasculares es el resultado de la propia terapia o se trata de un resultado del propio proceso de la enfermedad.
Sin embargo, sí parece haber muchos datos que evidencian un papel muy positivo y protector de la suplementación con testosterona tanto a largo como a corto plazo en estos eventos cardiovasculares, una serie de efectos fisiológicos y bioquímicos que son mediados por la testosterona y una gran cantidad de mecanismos que ponen de relieve la importancia de los andrógenos en el sistema vascular.
La terapia con testosterona, en definitiva, puede no sólo revertir los síntomas del hipogonadismo, sino potencialmente reducir los factores de riesgo cardiovascular en estos enfermos, contrariamente a lo concluido en estudios previos.
Sin embargo, y como en otras revisiones, el artículo de Su et al se termina recomendando la puesta en marcha de nuevos estudios prospectivos para evaluar los riesgos y beneficios cardiovasculares de la terapia con testosterona y establecer un protocolo de uso óptimo para la terapia de reemplazo.
1Vigen R, O'Donnell CI, Barón AE, Grunwald GK, Maddox TM, Bradley SM, Barqawi A, Woning G, Wierman ME, Plomondon ME, Rumsfeld JS, Ho PM. Association of testosterone therapy with mortality, myocardial infarction, and stroke in men with low testosterone levels. JAMA. 2013; 310(17):1829-36.
2Su JJ, Park SK, Hsieh TM. The Effect of Testosterone on Cardiovascular Disease: A Critical Review of the Literature. Am J Mens Health. 2014 Feb 20. DOI: 10.1177/1557988314522642
Dr. Natalio Cruz Navarro
MD. Urólogo. FECSM
Coordinador Nacional de Andrología
Asociación Española de Urología
Secretary General of the ESSM
Responsable de la Unidad de Andrología en
- Hospital Virgen del Rocío. Sevilla
- Clínica de Fátima. Sevilla
- Clínicas Ginemed